Antonio Díez Martín fue un personaje político fundamental en la historia de la Segunda República en Melilla y uno de sus socialistas más destacados. En este artículo glosaremos su vida y compromiso hasta el día en que fue fusilado.
(Fundación Pablo Iglesias) |
Antonio Díez Martín no era melillense de nacimiento, sino burgalés. En esta ciudad castellana nació en 1887. Era viajante y comerciante. En 1910 se estableció en Melilla. quizás como uno de los muchos inmigrantes que buscaron una oportunidad en una ciudad que estaba prosperando después de la Campaña de 1909. Al estallar la Gran Guerra se alistó en el ejército francés, llegando a ser condecorado. Posteriormente, trabajaría en la Compañía Española de las Minas del Rif como capataz. Después ejerció como viajante en Alicante. Por fin, se asentaría definitivamente en Melilla donde abriría un negocio de “muebles económicos”. En octubre de 1925 ingresó en la masonería en la logia alicantina “Constante Alona nº 12”, siendo su nombre simbólico “Graco”. Esta logia tiene una intensa y larga historia dentro de la masonería española. Fue creada en 1878 y cerró su primera etapa histórica al terminar la guerra civil, para ser recuperada a finales de la década de los noventa.
Las múltiples ocupaciones de Antonio Díez no le impidieron comprometerse sindical y políticamente en la familia socialista. En 1930 participaría activamente en la reorganización de la UGT y de la Agrupación Socialista locales. Representó a su Agrupación en el XIII Congreso del PSOE del año 1932.
Antonio Díez Martín perteneció al Comité Revolucionario que posibilitó la transición hacia la Segunda República en Melilla. En abril de 1931 fue elegido concejal del Ayuntamiento de Melilla. Entre el 3 de julio y el 14 de octubre de ese año ejerció como alcalde. Posteriormente, sería el jefe de la minoría socialista en el consistorio.
En la Revolución de Octubre de 1934 fue miembro del Comité Revolucionario.
Nuestro protagonista volvió a ser alcalde en febrero de 1936, pero tuvo que dejar el cargo por enfermedad a principios del mes de julio, aunque, por otro lado, también pudo influir que Madrid no terminara de aceptar la propuesta de concierto económico entre Melilla y el Estado que había sido aprobada en un referéndum por iniciativa del Ayuntamiento. Este concierto establecía, fundamentalmente, que el Estado cedería la gestión tributaria al consistorio a cambio del pago de un millón de pesetas anuales. El proyecto había sido impulsado por la izquierda melillense. Antonio Díez encabezó la comisión que marchó a Madrid para presentar al gobierno el concierto aprobado y para intentar emprender un plan de obras públicas para paliar el paro obrero de la ciudad. Al parecer, el proyecto tuvo una inicial buena acogida, especialmente de Indalecio Prieto, que debía encargarse de defenderlo en el Congreso pero los problemas económicos del Estado no parecía que posibilitaran su aprobación. En todo caso, al poco tiempo se produjo la sublevación.
Tras el golpe del 18 de julio fue detenido. El día 28 de julio de ese mismo año fue fusilado en las tapias del Cementerio de Melilla.
Una avenida de Melilla lleva su nombre en su honor. La Asamblea de Melilla le homenajea anualmente junto con otros ilustres personajes de la ciudad.
En la red podemos ver la caricatura de nuestro protagonista que se publicó en el diario “El Popular de Melilla”.
Sobre el concierto económico de Melilla en junio de 1936 se puede consultar la entrada correspondiente en el blog “Historia de la Melilla de izquierdas”.
Eduardo Montagut
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