En la prensa obrera y de
izquierdas de Guadalajara en los comienzos del siglo XIX destacó, sin lugar a
dudas, La Alcarria Obrera, periódico surgido en el mes de abril de
1906, heredero del Boletín de la Asociación Cooperativa de Obreros. Se
subtitulaba el “periódico quincenal defensor de los intereses obreros”, y duró
hasta 1911. Su redacción estaba en el local de las Sociedades Obreras
Alcarreñas. Se trató de una experiencia muy importante porque, por vez primera,
en Guadalajara el protagonismo periodístico de la izquierda pasaba de las
publicaciones republicanas a una verdaderamente obrera.
El testigo de la prensa obrera
fue tomado en el Primero de Mayo de 1911 por un nuevo periódico, La
Juventud Obrera, también ligado a la Federación de Sociedades Obreras.
Era dirigido por Tomás de la Rica, que estaba al frente de la Escuela Laica de
Guadalajara. Colaboraron en el mismo Gregorio Berdugo, delegado al Congreso
Nacional de la UGT, e Isabel Muñoz-Caravaca, maestra, activista, escritora y
feminista, un personaje fundamental en la vida intelectual y de la izquierda de
Guadalajara.
Ninguno de estos dos periódicos
era realmente socialista, más bien publicaciones que reflejaban la pluralidad
del movimiento obrero de Guadalajara. Ni el PSOE ni la UGT los consideraban
publicaciones afines, a pesar de sus vinculaciones con la Federación de
Sociedades Obreras. Por eso los socialistas decidieron en 1920 contar con un
órgano oficial propio. Así pues, nació Avante en el mes de
enero de ese mismo año. Es interesante resaltar que esta cabecera no era
original, ya que en Tolosa en 1912 y en Toledo (1915) había habido periódicos
con el mismo nombre, sin olvidar Avanti!
de los socialistas italianos. Esta nueva publicación ejemplificaba el mayor
control y protagonismo socialista del movimiento obrero de Guadalajara a partir
de los años veinte.
En Avante escribieron
intelectuales como Jorge Moya de la Torre, hijo de Isabel Muñoz Caravaca, o el
maestro y pedagogo Modesto Bargalló Ardevol, un renovador que impulsó la
Escuela Normal de Guadalajara, y ferviente defensor de la labor educativa de la
prensa. El director de Avante fue Martín González del Arco, el salmantino que
se destacó en el socialismo de Guadalajara, siendo diputado por esta
circunscripción electoral en las elecciones de 1931 y su alcalde. Avante fue
fustigado por la derecha, especialmente por los católicos, que consideraban que
su lectura podía alterar gravemente la conciencia. Cuando González del Arco
accedió a la alcaldía en abril de 1931 cedió su puesto de director a Gabriel
Vera.
Avante sobrevivió, no sin grandes
dificultades, hasta 1934. La media de difusión era de unos ochocientos
ejemplares.
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