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Los socialdemócratas en Suecia

En este artículo nos acercamos a la historia de socialdemocracia sueca y a su contribución a la construcción de uno de los más acabados Estados del Bienestar europeos.
El Partido Socialdemócrata Sueco es el partido más antiguo de Suecia. Fue fundado en el año 1889 en Estocolmo por August Palm, un sastre radical del sur del país. El nuevo partido se inspiró en el modelo alemán. En 1896 llegó el primer socialdemócrata al parlamento sueco, Hjalmar Branting.
En 1898 se creó la Confederación de Sindicatos, vinculada a la socialdemocracia. A partir del año 1902 el número de escaños que consiguió el Partido comenzó a subir. En 1911 alcanzaron casi el 29% de los votos. Su progresión fue enorme a partir de entonces, dominando la vida política a partir de 1932.
Palm en primer plano
En 1917, los socialdemócratas sufrieron una escisión en su izquierda, protagonizada por los jóvenes del partido. Se creó el Partido Socialdemócrata de Izquierda de Suecia, de larga andadura y con escisiones fruto de los conflictos internos derivados de la dependencia o no del comunismo soviético. En ese mismo año de 1917 por vez primera los socialdemócratas participaban en el gobierno de Suecia en una coalición con los liberales.
Hjalmar Branting será el primer socialdemócrata sueco en llegar a la presidencia del gobierno en el año 1920, aunque la formación no contaba con la mayoría absoluta en el parlamento. Branting falleció en 1925 y le sucedió al frente del gobierno Richard Sandler, aunque la formación sería dirigida por Per Albin Hansson. Éste último alcanzará la presidencia del gobierno después de una arrolladora victoria electoral en el año 1932.
La socialdemocracia sueca ha sido siempre un ejemplo para el resto de los socialistas europeos por su contribución a la creación de uno de los modelos más completos de Estado del Bienestar. En Suecia se consiguió establecerlo antes que en otros países y con un gran consenso político, sindical y social, fruto de una tradición a favor de las leyes de contenido social que puede remontarse a un pasado lejano donde se fue conformando una mentalidad favorable a la cooperación social frente al individualismo y la competencia capitalista. A mediados del siglo XIX se aprobaron leyes de ayuda a los pobres, en un sentido muy moderno, sin connotaciones caritativas, como solía ser habitual en Europa. Es importante también el peso del sindicalismo sueco desde finales del siglo XIX. El Partido Liberal sueco también colaboró en esta tarea. En 1913 comenzó a extender los beneficios sociales a la población, como puso de manifiesto la Ley de Pensiones de ese año. Así pues, puede decirse que el Estado del Bienestar de Suecia es fruto de la colaboración política entre socialdemócratas y liberales en el plano político, aunque con un claro protagonismo de los primeros, y de la negociación entre el sindicalismo y la patronal en el ámbito socio-laboral.
En 1918, el gobierno de coalición socialdemócrata-liberal aprobó una nueva Ley de Pobres, estableciendo que los poderes locales serían los responsables de la atención social, aunque con la asistencia superior del Estado. Esta legislación se convirtió en la base del modelo de asistencia social hasta los años ochenta, aproximadamente.
La victoria de 1932 de Hansson provocó la aprobación de un paquete de medidas sociales muy importante: subsidios de desempleo, mejora en las pensiones de jubilación, vacaciones pagadas, la atención médica dental y un programa de empleo para combatir el paro. En plena crisis mundial los socialdemócratas plantearon una alternativa a la misma en clara sintonía con las ideas keynesianas de estimulación de la demanda y cambios fiscales para financiar obras públicas con el fin de generar empleo.
Otro año clave en relación con el Estado del Bienestar fue 1938 cuando se firmó en Suecia el acuerdo de “Saltsjöbaden” entre los sindicatos y los empresarios con el fin de establecer un modelo de relaciones entre los trabajadores y los patronos basado en la negociación y la responsabilidad mutua de unos y otros para arreglar los conflictos y fomentar la cooperación.
En los años cincuenta y sesenta el Estado del Bienestar se fue ampliando y completando con leyes de atención a la infancia, a los jubilados y pensionistas, educación pública, sanidad y seguros de desempleo.

Eduardo Montagut

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